El ex de Bélgica sigue como seleccionador con el reto de dar el paso definitivo para que Portugal compita por todos los títulos.
La federación portuguesa se ha decidido por el técnico de Balaguer para reemplazar a Fernando Santos al cargo de la Seleção y tendrá de primeras varias patatas calientes que solucionar en una selección que no ha rendido como se esperaba en el último Mundial pero que tiene un futuro esperanzador por delante con una generación de futbolistas que siguen ilusionando al país vecino.
La historia de Roberto Martínez en el fútbol profesional es cuanto menos curiosa ya que de la cantera del Zaragoza (disputó un partido en primera división ante el Atlético de Madrid) volvió a su Balaguer natal para disputar la temporada 94-95 en tercera división. Pero quién le iba a decir a un joven Roberto Martínez que se cruzaría en su carrera el Wigan Athletic de League One y que en su primera temporada iba a terminar como máximo goleador de los Latics. Su fichaje fue acompañado por Jesús Seba e Isidro Díaz (“The three amigos”) que llegarían al club como los primeros extranjeros en la historia del club.
La historia de “Bob” Martínez con el Wigan se remontó a un total de 186 partidos durante seis temporadas, anotando 17 goles y consiguiendo un ascenso a Championship. Pero esto no queda ahí porque tras seguir su carrera en Motherwell, Walsall, Swansea y Chester, volvió a Wigan como entrenador en 2009 y en cuatro temporadas al cargo le hizo ganar una FA Cup.
Se reputación como entrenador creció y le llevó a un grande de la Premier como el Everton donde no pudo cosechar éxitos y tras tres temporadas y media fue cesado. Antes de dirigir al Swansea también había conseguido el éxito de ascender a la Championship con el Swansea galés.
Cuartos de final: Todo a favor para Portugal
Las grandes sorpresas en la Copa Mundial
En agosto de 2016 y tras el cese de Marc Wilmots como seleccionador belga, los diablos rojos deciden llamar a Roberto Martínez y darle la oportunidad de dirigir a un conjunto con jóvenes jugadores llamados a dominar el fútbol europeo. Los De Bruyne, Hazard, Lukaku o Courtois ya habían derribado la puerta del fútbol top y tenían hambre. Hacer que jugaran bien en colectivo y rodearles de jugadores que hicieran el trabajo para que ellos pudieran brillar fue la tarea del técnico de Balaguer.
En sus seis años trabajando con la federación belga, Martínez ha dirigido al país en 80 partidos con un total de 56 victorias, 13 empates y tan solo 11 derrotas. Pero el papel de la selección belga ha sido un querer y no poder y no han dado el paso adelante que se esperaba.
A pesar de que todo parecía funcionar en 2018 en el Mundial de Rusia, Bélgica perdió una oportunidad única de disputar su primera final y se quedó a las puertas en semifinales ante una Francia que a la postre levantaría el título. Bélgica maravilló con su fútbol ganando todos los partidos de la fase de grupos y dejando por el camino a Japón y Brasil para caer por la mínima ante los franceses. Además, redondearon su buen Mundial con la victoria por dos goles a cero ante Inglaterra en la lucha por el tercer y cuarto puesto.
En la Eurocopa no le fue mejor y no terminaron de funcionar. A pesar de dominar su grupo y ganar a Dinamaca, Finlandia y Rusia, y en octavos a Portugal, quedaban de nuevo eliminados por la futura ganadora del torneo, Italia.
Además, en la Liga de las Naciones la cosa no pudo ir a más ya que a pesar de que se clasificaron para la segunda edición de la Final Four, volvían a caer con Francia en semifinales en un gran partido con cruel desenlace (gol de Theo Hernández en el descuento).
Con ese bagaje el Mundial de Catar se convertía en una de las últimas oportunidades de ver en acción a la generación dorada del fútbol belga y el resultado no pudo ser peor. Sin gol y con un fútbol anodino, los belgas quedaron eliminados en la fase de grupos superados claramente por Marruecos y Croacia.
La Portugal de Fernando Santos se asemeja en parte a la Bélgica de Roberto Martínez. Los portugueses tienen posiblemente una de las mejores generaciones de futbolistas de su historia, pero el fútbol que han hecho no se acerca, ni de lejos, a las expectativas generadas.
A pesar de todo, los lusos han sido capaces de ganar una Eurocopa y una Liga de las Naciones, pero no han dado el paso definitivo en los Mundiales, quedando eliminados en cuartos en Catar, en dieciseisavos en Rusia y en la fase de grupos en Brasil.
Roberto Martínez tendrá ante sí la patata caliente de qué hacer con Cristiano Ronaldo. Seguir confiando en el astro portugués o de lo contrario dar carpetazo a su tiempo en la selección (apoyado con la decisión del futbolista de dar un paso al lado y disputar una liga menor) y confiar en las jóvenes promesas que vienen pegando fuerte.
Y es que contar con nombres como João Félix, Leão, Bernardo Silva, Gonçalo Ramos, Cancelo, Rubén Dias o João Palhinha tendrían que ser motivos suficientes para creer que el combinado portugués puede hacer buen fútbol y conseguir títulos importantes. Portugal se encuentra ahora misma octava clasificada en el ranking FIFA y estar en los primeros puestos debería ser también una obligación. Además, Roberto Martínez tiene la experiencia de haber hecho que Bélgica estuviera en lo más alto de esa clasificación hace tan solo unos años.
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